En la epidemia mundial de influenza de 1918, la primera oleada de casos en la primavera fue moderada. Pero el virus evolucionó y en el otoño regresó como una cepa que demostró ser verdaderamente letal
AP
El Universal
Washington Martes 05 de mayo de 2009
17:41 Un virus de influenza tiene una poderosa capacidad de evolución y muta a la máxima velocidad que le permite la naturaleza, por lo que una variante moderada puede transformarse en un asesino y viceversa.
Un cambio ya hizo que la gripe porcina de este año fuera más problemática, al ayudar a propagarla con mayor facilidad entre la gente. La gran pregunta es: ¿Cuáles son las próximas mutaciones? Esa es la razón por la cual los científicos la están observando con tanto cuidado.
''Los virus de la influenza no tienen reglas; simplemente mutan y mutan'', dijo el doctor Paul Glezen, epidemiólogo especializado en influenza en la Universidad Baylor de Medicina en Houston. ''El hecho de que cambie todo el tiempo realmente confunde nuestros esfuerzos por controlarlo''.
Se debe pensar en la evolución de la gripe como un árbol genealógico: entre los ancestros distantes de la actual influenza están las tres pandemias del siglo pasado, pero sus parientes más cercanos son cepas de gripe porcina que no representaban un gran problema para los seres humanos.
En este momento la buena noticia es que esta gripe ha perdido algunos de los rasgos genéticos más peligrosos que poseían las pandemias del pasado, pero la mala es que obtuvo algo que sus padres no tenían: la capacidad para pasar de humano a humano.
Nota completa en El universal
AP
El Universal
Washington Martes 05 de mayo de 2009
17:41 Un virus de influenza tiene una poderosa capacidad de evolución y muta a la máxima velocidad que le permite la naturaleza, por lo que una variante moderada puede transformarse en un asesino y viceversa.
Un cambio ya hizo que la gripe porcina de este año fuera más problemática, al ayudar a propagarla con mayor facilidad entre la gente. La gran pregunta es: ¿Cuáles son las próximas mutaciones? Esa es la razón por la cual los científicos la están observando con tanto cuidado.
''Los virus de la influenza no tienen reglas; simplemente mutan y mutan'', dijo el doctor Paul Glezen, epidemiólogo especializado en influenza en la Universidad Baylor de Medicina en Houston. ''El hecho de que cambie todo el tiempo realmente confunde nuestros esfuerzos por controlarlo''.
Se debe pensar en la evolución de la gripe como un árbol genealógico: entre los ancestros distantes de la actual influenza están las tres pandemias del siglo pasado, pero sus parientes más cercanos son cepas de gripe porcina que no representaban un gran problema para los seres humanos.
En este momento la buena noticia es que esta gripe ha perdido algunos de los rasgos genéticos más peligrosos que poseían las pandemias del pasado, pero la mala es que obtuvo algo que sus padres no tenían: la capacidad para pasar de humano a humano.
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