Para muestra, un boton.
Desde mi punto de vista, Windows es un sistema “orgánico”: el día que lo instalas, va aparentemente bien, pero a partir de ahí, empieza a “pudrirse”, cada día arranca más lento, empieza a dar errores misteriosos en el apagado, ejecuta todo de manera más desesperante y termina por ser directamente una basura no usable que requiere jaculatorias para encenderse, y tienes que formatear y reinstalar para que se pueda usar.
Grandiosa definición dada por Enrique Dans en su blog, en el artículo “Cuando muere Windows”.
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