5 DE MAYO DE 1862
Después de la guerra de Reforma nuestro país estaba pobre y tenía muchas deudas con otros países, entre ellos Francia, ante esta situación el presidente Benito Juárez decretó suspender los pagos durante tres años.
Por este motivo Francia, apoyada del partido conservador mexicano, declaro la guerra a México. Así en 1862 el ejército francés llegó a México por Veracruz y de ahí fue avanzando hacia Puebla.
A la aproximación de los invasores la ciudad de Puebla presentaba un aspecto imponente y propio de las circunstancias, en las calles designadas se levantaban trincheras y se abrían fosos mientras se artillaban los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
El general Santiago Tapia declaró la ciudad en estado de sitio y pidió que se formaran pelotones con los habitantes de 16 a 60 años con arma blanca o de fuego que poseían.
Mientras tanto el general Ignacio Zaragoza, al mando del ejército de oriente compuesto aproximadamente de 3,500 hombres se preparo para la defensa de la ciudad en los fuertes de Loreto y Guadalupe.
A las diez de la mañana del memorable 5 de Mayo de 1862, se avistó por Amozoc al ejército francés conformado aproximadamente por 5,000 hombres a cargo de conde de Lorencez. En ese momento sonó un cañonazo en el fuerte de Guadalupe y repico la campana mayor de catedral, indicando el inicio de la batalla y ambas fuerzas beligerantes a pesar de la torrencial lluvia estuvieron a la vista hasta las siete de la noche cuando los franceses derrotados se retiraron a su campamento.
En esta batalla llevada a cabo en los fuertes de Loreto y Guadalupe, participaron los generales Miguel Negrete, Felipe Berriozabal y Porfirio Díaz, así como los coroneles Antonio Álvarez, Juan N. Méndez, Francisco Lucas y Juan Crisóstomo Bonilla, estos tres últimos a la cabeza de los valientes infantes de Zacapoaxtla, Xochiapulco y Tetela de Ocampo que con machetes piedras y palos como armas lograron derrotar al ejercito de suavos considerado en ese tiempo el mejor ejercito del mundo.
Esa tarde el general Ignacio Zaragoza mandó un telegrama al ciudadano Ministro de Guerra con la frase “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”. Reiterando la victoria de las tropas mexicanas compuestas de militares, habitantes de la ciudad e indígenas de la sierra norte sobre el ejército francés.
Historia de Puebla
Redacción: LEP. VPR
Después de la guerra de Reforma nuestro país estaba pobre y tenía muchas deudas con otros países, entre ellos Francia, ante esta situación el presidente Benito Juárez decretó suspender los pagos durante tres años.
Por este motivo Francia, apoyada del partido conservador mexicano, declaro la guerra a México. Así en 1862 el ejército francés llegó a México por Veracruz y de ahí fue avanzando hacia Puebla.
A la aproximación de los invasores la ciudad de Puebla presentaba un aspecto imponente y propio de las circunstancias, en las calles designadas se levantaban trincheras y se abrían fosos mientras se artillaban los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
El general Santiago Tapia declaró la ciudad en estado de sitio y pidió que se formaran pelotones con los habitantes de 16 a 60 años con arma blanca o de fuego que poseían.
Mientras tanto el general Ignacio Zaragoza, al mando del ejército de oriente compuesto aproximadamente de 3,500 hombres se preparo para la defensa de la ciudad en los fuertes de Loreto y Guadalupe.
A las diez de la mañana del memorable 5 de Mayo de 1862, se avistó por Amozoc al ejército francés conformado aproximadamente por 5,000 hombres a cargo de conde de Lorencez. En ese momento sonó un cañonazo en el fuerte de Guadalupe y repico la campana mayor de catedral, indicando el inicio de la batalla y ambas fuerzas beligerantes a pesar de la torrencial lluvia estuvieron a la vista hasta las siete de la noche cuando los franceses derrotados se retiraron a su campamento.
En esta batalla llevada a cabo en los fuertes de Loreto y Guadalupe, participaron los generales Miguel Negrete, Felipe Berriozabal y Porfirio Díaz, así como los coroneles Antonio Álvarez, Juan N. Méndez, Francisco Lucas y Juan Crisóstomo Bonilla, estos tres últimos a la cabeza de los valientes infantes de Zacapoaxtla, Xochiapulco y Tetela de Ocampo que con machetes piedras y palos como armas lograron derrotar al ejercito de suavos considerado en ese tiempo el mejor ejercito del mundo.
Esa tarde el general Ignacio Zaragoza mandó un telegrama al ciudadano Ministro de Guerra con la frase “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”. Reiterando la victoria de las tropas mexicanas compuestas de militares, habitantes de la ciudad e indígenas de la sierra norte sobre el ejército francés.
Historia de Puebla
Redacción: LEP. VPR
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